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Arquitectura, siglo XX


 







Estilos arquitectónicos contemporáneos. Maquinismo. Modernismo. Escuela de Chicago. Racionalismo, expresionismo, futurismo y organicismo arquitectónico. Bauhaus. Constructivismo


PRECURSORES DE LA ARQUITECTURA EN EL SIGLO XX


La Arquitectura del Maquinismo.

A finales del siglo XVIII y a lo largo de todo el siglo XIX se produce un hecho de enorme trascendencia: la aparición de la gran industria. El avance de la técnica procura el desarrollo del maquinismo: las maquinas, cada vez más potentes y capaces, ofrecen la posibilidad de una producción rápida, abundante y económica.
La fabricación deja de ser función exclusiva de la pequeña industria familiar para pasar a manos del capital, él único que puede financiar las grandes instalaciones precisas para una producción de grandes perspectivas. Esta novedad origina la concentración de obreros y maquinas en lugares adecuados y, por tanto, la necesidad de grandes espacios cubiertos y convenientemente iluminados.
Se produce una gran conmoción en toda Europa y en América del Norte. El violento cambio de las estructuras sociales y las nuevas necesidades hacen que se planteen unos problemas estéticos que no pueden ser satisfechos por las formas artísticas tradicionales.
Más que los arquitectos, son los ingenieros los característicos representantes de la construcción de esta época de la revolución industrial.
En un principio los grandes tramos de cubierta se sostienen mediante gruesas vías de madera, hasta que empiezan a utilizarse para esto las estructuras de hierro fundido. Este fue el punto de partida. Muy pronto se vio que el hierro constituía la gran solución que exigían las grandes cubiertas de las fabricas, estaciones de ferrocarril, locales para exposiciones industriales, etc.
Donde se inicia esta revolución arquitectónica es en Inglaterra, por ser el país que con más ímpetu se lanzo a la industrialización.
Los edificios de hierro y vidrio fueron los que mejor cumplieron las nuevas exigencias. En su base estos edificios tenían de común con el neogótico la preocupación mecánica y la solución plástica por lo lineal. A ello contribuían las propiedades del hierro. La posibilidad de trabajar este material no sólo por presión sino también por tensión, facilitó a estas construcciones un carácter lineal mucho mas patente que en las neogóticas.
Todo quedaba convertido, simplemente, en un esqueleto estructural delgadísimo, y, sin duda, para dar mejor a entender estas posibilidades y el aspecto estético que producían, se tendía a cerrar los espacios entre hierros con la frágil y casi inmaterial apariencia del vidrio.
Esta arquitectura consigue sus mayores logros en la torre levantada en París por el arquitecto Eiffel, con sus 333 metros de altura, la más alta del mundo en aquel entonces, y en la gigantesca sala de Máquinas, proyecto de Dufert y Contamin con la nave central de 420 metros de longitud y 115 metros de luz.


La Arquitectura Modernista.


El movimiento “Arts & Crafts”.

En 1861 William Morris funda en Londres, con un grupo de artistas y arquitectos, la sociedad “Morris & Co.” destinada a la construcción y fabricación de objetos artísticos y de usos corrientes. Dicha sociedad fue el punto de partida de un movimiento de propósitos más ambiciosos que culminó veintisiete años más tarde con la construcción, por C. R. Ashbee, de la “Arts & Crafts Society” (“Sociedad de Artes y Oficios”).
Morris luchó por la perfección y originalidad de las obras de artesanía e indirectamente por la arquitectura. Como modelo tomó la artesanía de la edad media. Su lucha iba dirigida contra la decadencia que suponía la producción industrial, de menos valor que la manual, y contra los objetos fabricados en serie por las máquinas que a causa de su precio más bajo, conquistaron el mundo, sustituyendo la belleza y la verdad por la falsedad y el engaño.
Pero la producción industrial no era un hecho que pudiera desconocerse en 1888, año en el que se funda la “Arts & Crafts Society”. Así lo entendió Ashbee y aceptó, por lo menos, la teoría del trabajo en común. Con ella introdujo el método del diseño industrial, que desde la construcción del palacio de Cristal corresponde a la era del maquinismo.
Del espíritu que aporta la “Arts & Crafts Society” deriva un nuevo tipo de arquitectura, el modernismo, apoyado en un sentido decorativo de la construcción, que rompe con la estética del siglo XIX, cambiando totalmente el arte propio del mismo.


El Modernismo.

El Modernismo se difundió entre los años 1890 y 1910 por toda Europa. Serám años de transición entre el cierre de los historicismos y el inicio de las vanguardias. Años de intensa actividad económica ligada a un cambio de ideas. En cada país recibió un nombre distinto: “Art Noveau” en Bélgica y Francia; “Modern Style” en Inglaterra; “Jugendstil” en Alemania; etc. También se le llamó estilo 1900.
Surgió en lucha contra la cada vez más poderosa industrialización que se veía como una fuerza deshumanizadora, y por la voluntad de crear frente a la falta de estilo del siglo XIX, un estilo nuevo. Se ha considerado el modernismo como “un movimiento romántico, individualista e antihistórico”. A pesar de tener su origen en la pintura, las mejores realizaciones del modernismo se obtuvieron en arquitectura y en las artes decorativas.
Las formas típicamente modernistas huyen del ángulo recto y utilizan, en cambio, el arabesco y las líneas sinuosas, ondulantes y asimétricas de la naturaleza. Así llegan a un preciosicismo y a una artificiosidad de gran refinamiento. En todas las obras abiertamente modernistas los arquitectos renuncias expresamente a imitar los estilos anteriores, introduciendo una construcción basada en el ornamento.
Los arquitectos modernistas utilizan todos los materiales de construcción conocidos, desde la piedra labrada y la tierra cocida hasta el hierro y el vidrio. Las combinaciones que se hacen entre dichos materiales no obedecen nunca a reglas generales fijadas de antemano, sino a particulares fines que cada arquitecto pretende obtener.
La elaboración de los distintos materiales es cuidada con suma atención, según los principios tradicionales más estrictos a fin de conseguir determinadas texturas y calidades. Por lo general, el arquitecto de esta época es un hombre con amplios conocimientos técnicos desde el punto de vista artesano y que rechaza de plano toda falsificación en la preparación de los elementos primarios que van a intervenir en la obra. Será el eje, quien lo diseñara todo a demás de los edificios y las viviendas: muebles, objetos menores, vestidos, calzado, etc.
Junto a los materiales más clásicos como la madera y posteriormente el hierro, aplican otros que tuvieron prestigio en determinadas épocas, como la cerámica, la porcelana, el barro cocido, los escayolados árabes, etc.
La primera obra más significativa de este movimiento será la Casa Tassel, de Víctor Orta, construida en Bruselas. El arquitecto la diseñara con una gran actividad formal e ideológica. Víctor Orta se considerará el fundador del modernismo en Europa, influenciado por muchos arquitectos anteriores.


La Escuela de Chicago:

En realidad, el racionalismo se origina antes en Estados unidos que en Europa, al desarrollar la llamada Escuela de Chicago una nueva tarea arquitectónica de gran ciudad: el edificio de gran altura destinado a almacenes comerciales u oficinas, o rascacielos.
La figura más importante de la Escuela de Chicago, como arquitecto y como teórico, fue Luis Sullivan (1856-1924). La fórmula en la que resumía su modo de entender la arquitectura, “la forma debe seguir a la función”, constituye un punto de referencia de toda la arquitectura racionalista.
Sullivan se opuso a la arquitectura que enmascaraba las fachadas con elementos estilísticos asimilados superficialmente. Estas fachadas de efecto decorativo no guardaban una auténtica relación con el interior del edificio y de hecho negaban su concepción. Para Sullivan el exterior del edificio debe formar con su interior una unidad indivisible, de modo que aparezca una pura aplicación. Cada edificio ha de representar un todo orgánico, inconfundible, al que nada se puede añadir o suprimir, y cada una de sus partes debe reflejar las funciones que le corresponden.
Cabe resaltar como obras importantes de este grupo de arquitectos el Monadnock Building, construido, entre 1889-91 por Daniel Hudson Burnharm y John Wellborn Root, en compacta mampostería. En el edificio se prevé ya un nuevo criterio constructivo que pasó a ser el del clásico rascacielos americano. Otra obra de los mismos arquitectos es el Reliance Building, una torre de cristal de trece pisos a base de un esqueleto de acero. Henry Hobson Richardson con la sencilla monumentalidad de los grandes almacenes Marshall Field, de pesada mampostería, marca un nuevo rumbo en la arquitectura. También es destacable el Auditorium Building o los Almacenes Carson, ambos diseñados por Sullivan en Chicago.
En Europa no se tuvo al principio en cuenta la evolución de la arquitectura norteamericana. Adolf Loos parece haber sido el único arquitecto que, a finales de siglo, tuvo conocimiento de ello por haber permanecido tres años en Estados Unidos. Y en su rechazo de toda forma ornamental, expuesta en su trabajo “Adorno y crimen” que publica en 1908, va mucho más lejos que Sullivan.


ARQUITECTURA EN EL SIGLO XX


El Racionalismo.

Durante el siglo XIX la arquitectura se divide en dos corrientes: la arquitectura de estilos que prevalece como la propiamente representativa y la arquitectura que, motivada por la aparición y crecimiento de la gran industria, desarrollan los ingenieros. Mientras que la arquitectura académica (neoclasicismo, neogótico, etc.) se recrea en estilos anteriores, la arquitectura del maquinismo aplica, como hemos dicho antes, materiales como el hierro y el vidrio y consigue las máximas realizaciones en el dominio de la nave industrial y en el monumento arquitectónico.
Hacia 1890 el modernismo efectuó el primer intento de ruptura con los estilos del pasado. Pero al fundar la renovación el ornamento y, conforme a los principios del movimiento “Arts & Crafts”, en oposición con las industrialización, pronto se produjo cansancio y su éxito duró poco tiempo. El nuevo estilo fue el que, aprovechando los hallazgos estructurales de la arquitectura del maquinismo, se enfrentó con el problema de desarrollar una nueva belleza de la forma que se adaptase a las condiciones materiales y constructivas. El racionalismo alcanzó su madurez en los años anteriores a la segunda guerra mundial.


Características del racionalismo:

- La adopción de estructuras de acero o de hormigón y paredes ligeras, muchas veces simples superficies de cristal.
- La ausencia de ornamentación.
- Una estrecha relación entre la forma y la función.
- El empleo de las nuevas técnicas.
- La intención social.


Influencia de las artes plásticas:

El Racionalismo está estrechamente ligado con las artes plásticas, especialmente con la pintura. Todos los movimientos que desde principios de siglo se irán sucediendo en la pintura, dejarán su influencia en el trabajo de los arquitectos que, en muchos casos, seguirán los principios de aquélla. Influyen sobre todo los siguientes movimientos:
- El Cubismo, que trata de representar los objetos en todos sus aspectos desde todos los puntos de vista posibles y reducidos a sus componentes geométricos más simples.
- El Futurismo, que trata de conseguir un dinamismo plástico; se pretende captar el movimiento de los modelos en cada una de sus situaciones y todas simultáneas ante el espectador.
- El Expresionismo, que busca una fuerte valoración de la forma y el color, tendente a la consecución de un naturalismo de fuerza vital.
- El Neoplasticismo, que reduce la pintura a su más elemental expresión: rectángulos de colores primarios puros conjugados (rojo, azul y amarillo).


Primeros Arquitectos:

Peter Behrens, arquitecto y diseñador alemán. Nació en Hamburgo en 1868 y falleció en 1940. Fue uno de los primeros exponentes del racionalismo, se encuentra en el movimiento alemán denominado “Werkbund”, cuya orientación general tiende a una fusión de los principios del “Arts & Crafts” con las nuevas innovaciones mecánicas, fruto del empleo de los nuevos materiales y sus condiciones técnicas.
Inició su carrera como grafista, dentro de la corriente Art Nouveau, a partir de 1900 comenzó a practicar también la arquitectura. Behrens evolucionó muy pronto hacia un estilo geométrico y austero, que con el tiempo se impondría como el arquetipo de la arquitectura industrial.
Fue contratado por la empresa AEG, empresa para la que diseñó una gran cantidad de productos, como proyectista, constructor y diseñador de los productos que fabrica la casa, en 1909 construye para ella la famosa fábrica de turbinas de Berlín. Los materiales que emplea para su construcción, hierro y vidrio, no eran nuevos, aunque por primera vez fueron utilizados aquí de manera apropiada a su función y a la estructura del conjunto, con lo que se elevaron a categoría artística. En la Höchster Farbwerke, cercana a Frankfurt, construida en ladrillo, se acercó a la corriente expresionista, aunque fue menos radical en el uso de los materiales.
En su estudio trabajaron tres jóvenes que más tarde se convirtieron en los maestros del movimiento moderno: Walter Gropius, Ludwig Mies Van der Rohe y Le Corbusier.
Adolf Loos, arquitecto austríaco nacido en Brno en 1870 y fallecido en 1933 en Viena, fue uno de los primeros arquitectos que se rebelaron contra las tendencias decorativas del modernismo. Recibió la influencia racionalista de la escuela de Chicago y reaccionó contra la superficialidad del estilo Art Nouveau, de moda en su época. Su fuerte crítica quedó plasmada en el conocido ensayo Ornamento y delito (1908) y en la Casa Steiner (Viena, 1910), un edificio cúbico liso, despojado de todo adorno, que fue una de las primeras viviendas construidas en hormigón armado. Niega radicalmente todo decorativismo: “la belleza debe conseguirse por medio de un juego armónico de superficies y volúmenes”. Esta economía de medios es el exponente de una madurez expresiva que desprecia los elementos ornamentales superpuestos, no esenciales. La consecución de belleza debe lograrse a partir de los elementos básicos e imprescindibles de la construcción, todo cuanto se añada no tiene razón de ser e indica incapacidad.
Propugna una arquitectura simple basada en planos, combinados de tal modo que determinen un espacio enmarcado entre ellos, pero no cerrado, sino en contacto con la naturaleza. El volumen del edificio no se enfrenta al espacio exterior, sino sólo la estructura.
Las ideas radicales de Loos tuvieron una importante influencia entre los arquitectos vanguardistas de la siguiente generación, sobre todo en Austria y Alemania.
Le Corbusier, se utiliza la piedra, la madera y el cemento, y con estos materiales se levantan casas y palacios: esto es construcción. El ingenio trabaja, Vers une architecture, 1923.
En 1907 va a tener contacto con Hoffmann en Viena, luego pasará al estudio de Garnier, donde conoce la ciudad industrial. Estará también mucho tiempo colaborando con Perret, aproximadamente año y medio, le transmitirá sus conocimientos sobre el hormigón armado y las técnicas para su utilización en estructuras. En 1910 entrará en contacto con Peter Behrens, con el que aprenderá cualidades artísticas. Hizo varios viajes, lo que le aportará nuevos conocimientos sobre diversos tipos de arquitectura. Su viaje a la Toscana le da conocimientos medievales y por el Mediterráneo, con el que aprenderá de la arquitectura tradicional blanca, con luminosidad.
Le Corbusier resume su arquitectura en cinco puntos:
1.- La planta libre, reivindica la independencia entre estructura, cerramiento y la distribución interna de la casa, solicitando para la planta su carácter de obra de arte.
2.- La fachada libre, reivindica la fachada como obra de arte, como un lienzo o un cuadro que le permita trabajar con libertad.
3.- Las ventanas en longitud, sustituye las ventanas tradicionales por este tipo de ventanas que recorren longitudinalmente toda la fachada de la casa, podrá doblar las ventanas en las esquinas. Deja el cerramiento como aislante. Todo esto será un factor importante ya que le cambiara la iluminación a sus casas.
4.- El edificio sobre una estructura de pilotis. Ubicara la casa sobre pequeños pilares redondos, dando lugar a la ausencia del zócalo.
5.- La terraza jardín, la utilizará en todas sus obras como parte de la casa. VA a ser un espacio en el que ubicará elementos figurativos de maquinistas, que recuerdan a los temas de la producción industrial.
Una de sus principales aportaciones, aparte del rechazo a los estilos historicistas compartido con otros arquitectos y teóricos del movimiento moderno, es el entendimiento de la casa como una máquina de habitar (machine à habiter), en consonancia con los avances industriales que incorporaban los automóviles, los grandes transatlánticos y los nuevos aeroplanos. Definió la arquitectura como “el juego correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”, fundamentada en la utilización lógica de los nuevos materiales: hormigón armado, vidrio plano en grandes dimensiones y otros productos artificiales. Una de sus preocupaciones constantes fue la necesidad de una nueva planificación urbana, adecuada a las necesidades de la vida moderna. Durante la década de 1920 propuso numerosos proyectos urbanísticos y residenciales, pero sólo pudo construir una serie de villas unifamiliares cercanas a París.
Para Le Corbusier, arquitectura y urbanismo eran lo mismo. El urbanismo se produce con el ordenamiento, clasificación y repetición de piezas arquitectónicas. Usando estos conceptos creará una ciudad de tres millones de habitantes. Destaca el centro formado por rascacielos, los alrededores por áreas residenciales. Lo más destacado es la figura geométrica formada en el centro por los cuatro rascacielos centrales, un espacio vacío ,centro simbólico de la ciudad contemporánea.
Sus escritos más importantes se recogen en varios libros, entre los que destacan Vers une architecture (Hacia una arquitectura, 1927), La maison des hommes (La casa de los hombres, 1942) y Quand les cathédrales étaient blanches (Cuando las catedrales eran blancas, 1947).
Auguste Perret, arquitecto francés que nació en Bruselas en 1874 y falleció en 1954, en París. Inició la construcción de edificios mediante estructuras de hormigón armado, como muestra el edificio de viviendas de la rue Franklin (1902-1903) en París, la primera obra residencial construida en este material. Perret siempre intentó mostrar de una forma expresiva la estructura de sus edificios. Destacará por su innovación en el uso del hormigón armado, lo usará de muy diversas formas, lo que implicará una nueva arquitectura: optimizará y diseñará los esqueletos o retículos generando nuevas posibilidades formales y constructivas. Desarrolla un nuevo lenguaje llegando a realizar grandes apuestas. Con el tiempo, sus proyectos evolucionaron hacia el estudio de las proporciones clásicas, más relacionadas con sus antecesores, como se observa en la iglesia de Notre Dame du Raincy (1923). Después de la guerra mundial realizó la reconstrucción de ciudades enteras.


Arquitectura de entreguerras.

Cinco grupos de artistas, surgidos a raíz de la primera guerra mundial, influirían decisivamente en la arquitectura que se iba a desarrollar durante los años precedentes a la segunda guerra mundial: constructivismo, De Stijl, futurismo, expresionismo y Bauhaus.


El Constructivismo:

Empezó en Moscú poco después de la primera guerra mundial y tuvo su origen en las obras y teorías de los hermanos escultores Naum Gabo y Antoine Prevsner. Ambos lanzaron en 1920 un Manifiesto realista en el cual explicaban las ideas del constructivismo. A este movimiento se adhirieron otros artistas rusos como Vladimir Tatlin, Kasimir Malevitch y El Lissitzky.
El constructivismo renunciaba a la estética de la masa, reemplazándola por la estética de líneas y planos. Afectaba a todas las artes plásticas, pero partiendo sobre todo de la escultura.
Este movimiento ha sido repetidamente relacionado con el cubismo. También el arte constructivista presentaba relaciones simples de formas geométricas, a las cuales pueden ser reducidas todas las formas naturales, según el enunciado del pintor Cazánne de que, en la naturaleza, todo se aproxima a la esfera, al cono o al cilindro.
En la arquitectura, el constructivismo puede ser considerado como una parte del funcionalismo que abandonó la decoración ciñéndose a la construcción y en el que el efecto estético viene dado solamente por la relación masa-espacio.
En 1922 tuvo lugar una Internacional constructivista llevada a término por El Lissitzky y el holandés Theo van Doesburg, que proclamaría la importancia de la máquina en la estructura de la construcción.
Se pueden citar como ejemplos del constructivismo el proyecto de monumento que Vladimir Tatlin presentó en Moscú para la III Internacional; el croquis para el edificio del periódico Prawda , en Leningrado (1923), por los hermanos Alexander y Vladimir Vesmin; o el proyecto Estiranubes de El Lissitzky y Mart Stam.
Cabe citar también las arquitecturas suprematistas del pintor Kasimir Malevich, construcciones de madera plástico-arquitectónicas, con las cuales su autor forma sencillos cubos. Malevich daba el nombre de suprematismo al arte de la pura abstracción.


De Stijl:

El grupo holandés De Stijl, que editaba una revista del mismo nombre, se formó en 1917, en Leiden. Pertenecían a él pintores, arquitectos, escultores y diseñadores de objetos industriales.
El “dar forma”, principio conductor del Stijl, estaba dominado por el neoplasticismo de los pintores Mondrian y Theo van Doesburg y significaba la total ruptura con la tradición.
En la arquitectura predomina la línea recta y aunque la base del edificio es el cubo, trata de imaginarse las paredes interiores de separación prolongadas en el exterior, rehusándose toda delimitación de las fachadas interiores, posteriores y laterales. Los tres colores primarios, rojo, azul y amarillo deben cubrir toda la diversidad de formas, añadiéndose, como colores de contrate, blanco, negro y gris. El cuerpo del edificio es abierto, ya no está rodeado de un muro, sino articulado por la forma y diferenciado por el color.
Ejemplos característicos de la arquitectura del Stijl es la casa Schöeder, diseñada en Utrech (1924) por Gerrit Thomas Rietvela y el café De Unie, en Rotterdam, construido por Jacobus Oud en 1924-25 y destruido en el bombardeo de 1940.


Características:

- Llegar a la abstracción mediante la articulación de la línea horizontal con la vertical, el ángulo recto y los tres colores primarios.
- Tuvo una influencia de F. L. Wright.


Futurismo:

Pertenece al grupo de las vanguardias. Comenzó en 1909 siendo un movimiento poético o literario que pasó a ser pictórico o escultórico para finalmente acabar siendo un movimiento arquitectónico.
El poeta Marinetti escribió un primer manifiesto socialista, aunque terminó siendo fascista. Señalaba dos aspectos importantes:
- Eliminar lo tradicional en la cultura (lo clásico).
- Impulsar los valores de un ambiente mecanizado.
El manifiesto de la pintura y la escultura proclama el dinamismo como uno de los elementos base en la composición. En la arquitectura, el arquitecto que lo impulsa será Antonio de Sant’Elia.
Antonio de Sant’Elia, arquitecto futurista italiano cuya obra, sobre todo después de su prematura muerte, ejerció una influencia importante en la evolución de la arquitectura moderna. Nació en Como el 30 de abril de 1888. Estudió en Milán y Bolonia y en 1912 volvió a Milán para abrir su propio estudio. Acometió muy pocos encargos, y los que llegó a completar fueron más tarde demolidos o transformados. En 1914 expuso muchos de sus dibujos arquitectónicos, reunidos bajo el título Città Nuova (Nueva ciudad) y se unió al movimiento futurista liderado por el poeta Filippo Tommaso Marinetti. Desde su militancia escribió dos ensayos teóricos: Mesagio (Mensaje, 1914) y el Manifesto dell’architettura futurista (Manifiesto de la arquitectura futurista), elaborado junto con Marinetti y Carlo Carrà. Al desencadenarse la I Guerra Mundial se alistó en el ejército italiano y perdió la vida el 10 de octubre de 1916 en una acción militar cerca de Montefalcone. En sus proyectos recogió la influencia de la Secesión vienesa —en especial la de Otto Wagner—, y la de los rascacielos estadounidenses, pero en cualquier caso siempre rechazó la tradición clásica europea. Sus dibujos muestran edificios marcadamente verticales, en ocasiones con ascensores (elevadores) exteriores y surcados por calles o avenidas elevadas. Estos proyectos utópicos, así como sus exhortaciones sobre el uso de los nuevos materiales industriales, hacen que sea considerado como uno de los pioneros del movimiento moderno en la arquitectura.
La ciencia, la técnica y las posibilidades de la electricidad harán posibles nuevos edificios. No habrá catedrales o academias por poner un ejemplo, sino que los grandes edificios serán estaciones de ferrocarril, puertos,… Se construirá una gran ciudad con inmensos astilleros u otros edificios de gran actividad, dinámicos. El edificio será como una gran máquina construida con hormigón, hierro y vidrio. Será una arquitectura sin ornamentos, ni tallados o pintados. La belleza recaerá sobre la simplicidad formal. Los edificios se construirán a diferentes niveles, y con cuerpos cilíndricos o prismas y planos inclinados.


Expresionismo:

En 1914, Paul Scheerbart publica su obra “Glassarchitectur” (arquitectura de cristal), debido al necesitado cambio funcional, pero sobre todo estético. Scheerbart pensaba que la arquitectura de cristal nos introduciría en una nueva cultura que mejoraría la actual, realizaría cambios como la construcción de casas con muros de cristal para cambiar el carácter cerrado de las habitaciones y dejar pasar la luz en su totalidad, y así poder observar el maravilloso mundo de colores.
Bruno Taut, en 1914, construyó la “Casa de Cristal”, inspirada por Scheerbart. Todo en ella estaba destinado a una función didáctica, de tal forma que cuando se estaba en ella se iniciaba un viaje de conocimiento y transformación de las personas, purificándolas.
A finales de 1916, Taut organizó una correspondencia epistolar entre artistas y arquitectos, en ella se exponían las visiones personales en dibujos y comentarios. Esto constituyó un desarrollo del expresionismo, por el que han pasado todos los arquitectos alguna vez en su carrera.
Pero el expresionismo no llega sólo con el cristal, hay otros arquitectos cuya arquitectura mantiene relación con la naturaleza. Mendelsohn, uno de estos trece componentes, usó el lenguaje expresionista con una visión mediadora hacia la nueva era maquinista, pero terminó contrastando lo viejo con lo nuevo, lo que le produjo un efecto de choque, y en esta dirección se fue olvidando del mundo mecánico.


La Bauhaus:

Bauhaus es el nombre de una escuela de diseño, arquitectura e industria, fundada en 1919 en Weimar (Alemania) por el arquitecto Walter Gropius, trasladada a Dessau en 1925 y disuelta en Berlín en 1933. Puede decirse que el espíritu y las enseñanzas de esta institución se extendieron por todo el mundo.


Creación e historia de la Bauhaus:

1ª fase) 1922. Se consolida como escuela de artistas y arquitectos. Fue una época caracterizada por la adopción de todo el lenguaje de De Stijl, tuvo una incidencia importante de Van Deosburg.
2ª fase) 1924. Reconocida internacionalmente aunque va a tener ataques políticos, tanto de la derecha como de la izquierda.
3 fase) 1925. Se traslada a Dessau y se construye un nuevo edificio diseñado por Gropius. Esta sería una época de gran producción.
4º fase) 1928. Walter Gropius deja al Bauhaus después de nueve años, su siguiente director será Hannes Meyer, que estará en la escuela hasta 1931, su último director será Mies Van der Rohe.
Gropius sostenía que el artista y el arquitecto debían ser también artesanos. Según él, un edificio terminado ha de ser el resultado de la labor conjunta de los artistas y artesanos, cada uno de los cuales habrá aportado su trabajo. Gropius propugnaba el trabajo en equipo para la construcción, el mobiliario, la cerámica y para todas las demás artes relacionadas con la arquitectura. También la formación industrial entraba en el plan de enseñanza de la Bauhaus. Gropius no era enemigo del empleo de las máquinas, sino que las subordinaba a la acción creadora del artista.
Logró reunir un profesorado magnifico, que alcanzó un gran éxito en su misión. Lo formaban pintores, escultores, decoradores, arquitectos, etc.
Como arquitectos a señalar de la escuela, debemos citar a los que fueron dos de sus directores: Walter Gropius y Mies Van der Rohe.
Walter Gropius, nació en Berlín en 1883 y falleció en 1969 en Boston. Estudió arquitectura en las universidades de Munich y Berlín-Carlottenburg. Entre 1907 y 1910 trabajó en el estudio del arquitecto Peter Behrens. En 1911 se unió al Deutscher Werkbund, institución creada para coordinar el trabajo de los diseñadores con la producción industrial. Después de la I Guerra Mundial dirigió dos escuelas de arte en Weimar, hasta que las transformó, en 1919, en la nueva Bauhaus. Sus principales hipótesis, que formaban parte de los principios ideológicos de esta escuela, fueron la economía expresiva y la adecuación a los medios productivos para todas las formas de diseño, una especie de unión entre el arte y la ingeniería. Estos conceptos también se plasman en sus edificios, que ejercieron una enorme influencia en la arquitectura moderna. Gropius abandonó su cargo como director de la Bauhaus en 1928 y continuó su carrera como arquitecto. Su oposición al partido nazi le obligó a abandonar Alemania en 1934, y después de pasar varios años en Gran Bretaña emigró a Estados Unidos para dar clases en la Universidad de Harvard.
Para él, lo importante era la formulación de un nuevo lenguaje como un nuevo método, no se pueden dar soluciones preparadas, sino métodos para resolver los problemas paso a paso. Es decir, la arquitectura no es un problema exclusivo de formas, lo importante es el método, a través de él, se consigue la forma.
Ludwig Mies Van der Rohe, (1886-1969), arquitecto alemán nacionalizado estadounidense, uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna y con toda probabilidad el máximo exponente del siglo XX en la construcción de acero y vidrio.
La arquitectura de Mies se caracteriza por una sencillez esencialista y por la sinceridad expresiva de sus elementos estructurales. Aunque no fue el único que intervino en estos movimientos, su racionalismo y su posterior funcionalismo se han convertido en modelos para el resto de los profesionales del siglo. Su influencia se podría resumir en una frase que él mismo dictó, y se ha convertido en el paradigma ideológico de la arquitectura del movimiento moderno: “menos es más”. Su obra se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, pero su poética radica en la sutil maestría de las proporciones y en la elegancia exquisita de los materiales (en ocasiones empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado, bronce o maderas nobles), rematados siempre con gran precisión en los detalles. Sus primeras obras ya muestran el camino que continuaría durante el resto de su carrera. Entre los proyectos no construidos más emblemáticos están una colección de rascacielos de acero y vidrio, que se convirtieron en el símbolo de la nueva arquitectura. A finales de la década de 1920 acometió dos de sus obras maestras más representativas: el pabellón alemán para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 y la casa Tugendhat (1930) en Brno. En ambos edificios utilizó una estructura de pequeños pilares metálicos cruciformes que liberaban el área de la planta, compuesta por espacios que fluyen entre ligeros paneles de ónice, mármol o madera de ébano, delimitados por grandes cristaleras que ocupan toda su altura. Se considera uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna, junto con el suizo-francés Le Corbusier y el estadounidense Frank Lloyd Wright. Su huella ha sido especialmente profunda en Estados Unidos y la mayoría de los rascacielos construidos por todo el mundo siguen parcial o totalmente sus planteamientos compositivos.


Arquitectura Orgánica.

Frente al funcionalismo, arquitectos importantes como Frank Lloyd Wright en Norteamérica, Henry van de Velde, Eric Mendelshon y Alvar Aalto, en europa, se han esforzado por conseguir una arquitectura que se pareciera en forma o carácter a un organismo natural y que tuviese la misma unidad.
Pese a que el organicismo es una tendencia propia del siglo XX, ya Vasari y Miguel Angel hablaban de una arquitectura de proporciones orgánicas con el cuerpo humano. Los arquitectos modernos conciben la arquitectura orgánica como la fusión de las diferentes partes o elementos de un edificio en un todo orgánico que imita la naturaleza y se inserta en ella como parte integrante de la misma.
En esto ha insistido Frank Lloyd Wright: un edificio no debe estar sobre una colina, sino formar parte de la colina, como si hubiera nacido de la tierra.
Frank Lloyd Wright, uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX. Nació el 8 de junio de 1867 en Richland Center (Wisconsin). Estudió ingeniería civil en la Universidad de Wisconsin y en 1887 viajó a Chicago para trabajar como dibujante en el estudio de Adler&Sullivan. Uno de los socios de esta compañía, Louis Henri Sullivan, ejerció una importante influencia en la obra de Wright, que siempre le consideró su maestro. En 1893 abrió su propio estudio de arquitectura en Chicago. Wright acuñó el término de arquitectura orgánica, cuya idea central consiste en que la construcción debe derivarse directamente del entorno natural. Desde los inicios de su carrera rechazó los estilos neoclasicistas y victorianos que imperaban a finales del siglo XIX. Siempre se opuso a la imposición de cualquier estilo, convencido como estaba de que la forma de cada edificio debe estar vinculada a su función, el entorno y los materiales empleados en su construcción. Este último siempre fue uno de los aspectos donde demostró mayor maestría, combinando con inteligencia todos los materiales de acuerdo con sus posibilidades estructurales y estéticas.
Otra de sus aportaciones fundamentales a la arquitectura moderna fue el dominio de la planta libre, con la que obtuvo impresionantes espacios que fluyen de una estancia a otra. Este concepto es evidente en las llamadas prairie-houses (casas de la pradera), entre las que destacan la Martin House en Buffalo (Nueva York, 1904), la Coonley House en Riverside (Illinois, 1908) y la Robie House en Chicago (1909).
Wright fue el pionero en la utilización de nuevas técnicas constructivas, como los bloques de hormigón armado prefabricados y las innovaciones en el campo del aire acondicionado, la iluminación indirecta y los paneles de calefacción. El Larkin Building en Buffalo (Nueva York), proyectado en 1904, fue el primer edificio de oficinas en disponer de aire acondicionado, ventanas dobles, puertas vidrieras y muebles metálicos. Entre sus innovaciones estructurales destaca el sistema antisísmico desarrollado en el enorme Hotel Imperial de Tokio: para ganar flexibilidad, empleó una estructura de voladizos apoyada en unos cimientos que flotan sobre un lecho de barro. El edificio se concluyó en 1922 y no sufrió ningún daño en el terrible terremoto del año siguiente.
Entre 1909 y 1910 se autoexilió en Europa, acosado por problemas personales y enemistades profesionales. A su regreso se estableció en Taliesin, donde construyó su propia casa y un estudio-escuela inspirado en las relaciones maestro-discípulo. Poco a poco fue obteniendo el merecido reconocimiento internacional, aunque los encargos más importantes tardaron en llegar. En 1959 concluyó el edificio helicoidal para el Museo Solomon Guggenheim en Nueva York.
Entre sus aportaciones también destacan sus numerosos escritos, entre los que se incluyen An Autobiography (Autobiografía, 1932, revisada en 1943), An Organic Architecture (Arquitectura orgánica, 1939), y Natural House (Casa natural, 1954). Wright murió el 9 de abril de 1959 en Phoenix (Arizona).
Alvar Aalto, arquitecto y diseñador finés, uno de los más destacados del siglo XX, logró dotar al racionalismo puro, tanto en sus edificios como en sus muebles, de un encanto y calidez poco comunes.
Sus primeros edificios famosos son las oficinas e imprenta de un periódico en Turku (1927-1930), célebre por las columnas afiladas que sostienen el techo de la sala de prensa; la biblioteca de Viipuri, que se ha convertido en ejemplo de este tipo de edificios para la arquitectura moderna; y el sanatorio antituberculoso de Paimio (1929-1933), donde, además de los avances tecnológicos, los pacientes disfrutan de elementos arquitectónicos como los soleados balcones, abiertos hacia unas magníficas vistas. Para éste y para otros muchos edificios, Aalto y su primera mujer, Aino Marsio, diseñaron la decoración y los muebles, casi siempre de madera laminada.
En 1935 fundaron la empresa Artek, que todavía hoy produce un mobiliario innovador. La reputación internacional de Aalto creció con una serie de edificios anteriores a la II Guerra Mundial, todos ellos realizados con estructuras de madera, como el Pabellón de Finlandia de la Exposición Internacional de París de 1937 o la Villa Mairea (1938-1939), construida para un cliente acomodado, en donde además consigue, siguiendo los principios de la arquitectura racionalista, una sensación de lujo hasta entonces nunca lograda.
Llegó a los Estados Unidos en 1940 como profesor invitado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), y allí permaneció ocho años, durante los cuales proyectó la Baker House (1947), una sorprendente residencia cuya planta serpentea junto al río Charles.
Aalto regresó a Finlandia en 1948 para dirigir la Oficina de Reconstrucción de este país, después de la devastación producida por la II Guerra Mundial. Ideó para Säynätsalo, una villa isleña, el Ayuntamiento (1950-1952), de ladrillo y madera, elevado sobre un podium. De los edificios de Aalto en Helsinki, el más impresionante es la Casa de la Cultura (1967-1975), situada a la orilla del lago.
Henry van de Velde, diseñador y teórico belga. Se estrenó como arquitecto y como diseñador en 1895 cuando proyectó y construyó una casa para sí mismo en Uccle, cerca de Bruselas. Con ella pretendía poner de manifiesto la síntesis suprema de todas las artes.
Van de Velde creía en la reforma de la sociedad mediante el diseño del entorno. Para él, la casa unifamiliar era el principal vehículo social mediante el cual podían transformarse gradualmente los valores de la sociedad. Aunque se esforzaba por lograr una cultura de la forma que fuese empática y vital, no era consciente, sin embargo, de la tendencia innata de todas las arquitecturas hacia la abstracción. En este contexto, su sempiterno respeto por el Gótico puede considerarse como nostalgia por una arquitectura en la que la vitalidad inmediata de la forma-fuerza llegaba a ser superada por la sublime abstracción estructural del conjunto.
Hizo una sutil distinción entre ornamentación y ornamento, afirmando que la primera, debido a que era aplicada, no tenía relación con el objeto, mientras que el segundo, debido a que venía determinada funcionalmente, quedaba integrado en él.
La conversión apolínea de Van de Velde coincidió con el clímax de su carrera en Weimar, en 1904 fue nombrado profesor de la recién creada Escuela de Artes y Oficios, diseño las nuevas dependencias de la escuela, el núcleo de lo que catorce años más tarde se convertiría en la Bauhaus de Weimar. Sin embargo, este momento, el más triunfal de su carrera , estaba ensombrecido por profundas dudas interiores con las que empezó a cuestionar la prerrogativa de los artistas para determinar la forma de los objetos.
Su mayor obra fue, quizás, el admirado teatro de la Exposición del Werkbund, última formulación de la estética de la forma-fuerza de Van de Velde. Fundiendo a los actores con el publico y el auditorio con el paisaje, se presentaba como una singular expresión empática.
Eric Mendelshon, arquitecto alemán cuyos diseños curvilíneos y expresionistas representaron una alternativa al estilo funcionalista imperante en el siglo XX. Llamó la atención en 1918 con una serie de bocetos que aportaban una nueva manera de hacer arquitectura. Se basaba en la utilización expresionista de diseños curvos tanto en líneas como en volúmenes. Todo esto se comprueba en el observatorio de Einstein en Potsdam (1921). Durante la década de 1920 una serie de encargos para tiendas y cines le ayudaron a evolucionar y afirmar su expresión. Estos edificios muestran la influencia que tuvo Frank Lloyd Wright en su obra. Fachadas curvas, líneas marcadas y largos ventanales horizontales. En el pabellón De La Warr (1935, Bexhill-on-Sea, Inglaterra) incluye una escalera de caracol encerrada en una torre de cristal. Su material preferido fue un hormigón muy fluido que se ajustaba con precisión a su estilo expresionista


Arquitectura posterior a la II Guerra Mundial.

A partir del final de la II Guerra Mundial se presentan a los arquitectos tareas de máxima envergadura: la reconstrucción de las ciudades europeas destruidas, la creación de centros urbanos culturales y comerciales en las grandes urbes norteamericanas y la fundación de nuevas capitales en Asia (Chandigard) y en Sudamérica (Brasilia).
La técnica de grandes conjuntos sucedió a la edificación aislada de años de entreguerras. Este cambio se manifiesta claramente en la interacción que comienza a darse entre la arquitectura tradicional de edificios y la arquitectura de comunicaciones (puentes, autopistas, aeropuertos), con lo que el arquitecto pasa a actuar en la planificación del paisaje y del espacio.
Se ponen a revisión los principios desarrollados por la arquitectura durante los años veinte y treinta. En el transcurso de este proceso el funcionalismo que se atribuía al ángulo recto experimenta un considerable retroceso. La reflexión creadora se vuelve cada vez más hacia una nueva interpretación de la arquitectura orgánica.
Entretanto Mies van der Rohe, que en 1937 emigró a EE.UU., ha llevado el rascacielos hasta un nivel de refinamiento estructural en el que se compaginan, dentro de una solución clásica, la función, la producción técnicamente normalizada y la invención de formas. Consideraciones de orden técnico y práctico, como son la producción en serie y el crecimiento demográfico, aconsejan que siga utilizándose la edificación celular, resuelta según el sistema riguroso de verticales y horizontales, en aquellos lugares donde hayan de alojarse grandes concentraciones humanas, esto es, edificios de oficinas y edificios de viviendas. Como ventajas de este procedimiento se señala un mayor número de zonas verdes y de espacio para el tráfico.
En contraste con la sencillez de formas de esta arquitectura utilitaria se construye una serie de obras monumentales únicas, para cuya realización se recurre cada vez más a las formas libres, orgánicas y plásticas. Se trata fundamentalmente de edificios religiosos, teatros, salas de conciertos e instalaciones deportivas.
De esta época resaltan cuatro grandes arquitectos con sus diferentes estilos y sus maneras de enfocar la arquitectura: los Smithon, Aldo Van Eyck, Rossi y Venturi.
Smithson, Alison y Peter, pareja de arquitectos, marido y mujer, primeros defensores del espíritu brutalista. A principios de los años cincuenta el esteticismo antropológico puso en contacto a los Smithson con el fotógrafo Nigel Henderson y con el escultor Eduardo Paolozzi. Los años 1951-1954 fueron cruciales para su formación arquitectónica. Ya plenamente dedicados a realización de la escuela palladiana y miesiana diseñada en 1949 para Hunstanton, en Norfolk, terminada unos cinco años más tarde, los Smithson prolongaron su éxito inicial con una secuencia de propuestas de concurso sumamente originales, unos proyectos que sólo pueden verse como intentos de inventar una clase de arquitectura totalmente “distinta”.
El espíritu subyacente de la sensibilidad brutalista original se hizo público por primera vez con la exposición “Paralelo de la vida y el arte” instalada en Londres en 1953. En 1956 diseñaron la “Casa del Futuro”, presentada en la Exposición del Hogar como casa ideal.
Durante la segunda mitad de la década de los cincuenta, se apartaron de su simpatía inicial por el estilo de vida del proletariado para aproximarse más a unos ideales de la clase media que basaban su atractivo tanto en el consumo ostentoso como en la posesión generalizada del automóvil. Al mismo tiempo, seguían siendo muy poco optimistas con respecto al potencial evidente que esa “movilidad” recién descubierta mostraba para destruir tanto la estructura como la densidad de la ciudad tradicional. En su estudio de Londres, de 1956, intentaron resolver este dilema proyectando la autopista elevada como nueva solución urbana. Los Smithson estaban en esta época obsesionados por la promesa liberalizadora de la movilidad en masa, cuya consecución querían exaltar con un apropiado marco arquitectónico.
Aldo Van Eyck, arquitecto que encabezó junto a los Smithson la generación que en el IX CIAM cuestionó las cuarto categorías funcionalistas de la Carta de Atenas: vivienda, trabajo, diversión y circulación. Este grupo buscaba los principios estructurales del crecimiento urbano y la siguiente unidad significativa por encima de la célula familiar.
La carrera de Aldo Van Eyck estuvo dedicada en su totalidad al desarrollo de una “forma del lugar” que resulte apropiada para la segunda mitad del siglo XX. Desde el principio, Van Eyck abordó temas que la mayoría del Team X habría preferido pasar por alto, y mientras que el grupo mantenía su vigor inicial gracias a un optimismo ingenuo, Van Eyck estaba animado por un impulso critico que rayaba en el pesimismo. Su preocupación personal por las culturas “primitivas” y por los aspectos intemporales de la forma construida que invariablemente revelaban tales culturas, databa de principios de los años cuarenta, de modo que cuando se unió al Team X ya había adoptado una postura singular.
Su interés por la relación interior-exterior y casa-ciudad se hizo patente en su propia obra a finales de los años cincuenta, y de modo particular en el hogar infantil de Amsterdam. En esta escuela puso de manifiesto su concepto de claridad laberíntica mediante una secuencia interconectada de unidades familiares abovedadas, unidas todas bajo una cubierta continua.
Rossi, arquitecto nacido en Milán. Durante la II Guerra Mundial estudio en la escuela de los padres Somaschi en el lago Como, y tiempo después en el Colegio en Lecco. Tras terminara la guerra, ingreso en el Politécnico de Milán para recibir su titulo de Arquitecto en 1959.
Publicó en 1966 un texto singularmente trascendente para el racionalismo L’architettura della città, resaltaba el papel que debían desempeñar los tipos edificatorios ya establecidos en la determinación de la estructura morfológica de la forma humana a medida que ésta se desarrolla en el tiempo. Rechazaba el principio según el cual se supone que la forma sucede a la función. Consciente de que la racionalidad interesada tenía tendencia a absorber y distorsionar cualquier gesto cultural significativo, Rossi estructuró su obra en torno a los elementos tectónicos históricos que podían recordar y, sin embargo, trascender los paradigmas racionales pero arbitrarios de la Ilustración: la forma pura propugnada en la segunda mitad del siglo XVIII.
Siguiendo la tesis expuesta originalmente por Loos en su articulo Architektur (1910), Rossi reconocía que los programas más modernos eran vehiculos inadecuados para la arquitectura, y para él esto significaba recurrir a una arquitectura llamada “analógica” cuyos referentes y elementos debían abstraerse de lo vernáculo en un sentido lo más amplio posible.
Un accidente automovilístico que sufrió en 1971 le cambio la vida casi al terminar su juventud y lo inspiro a proyectar el cementerio de Modena y el cementerio de San Cataldo. Cinco importantes proyectos fueron completados en 1988 el Palazzo Regionale en Perugia; una capilla funeraria en Giussano construida para la familia Molteni; un centro cívico para la ciudad de Borgoricco; el Centro Torri Shopping en Parma; la casa Aurora y las oficinas centrales de GFT. Con la construcción de estos importantes proyectos, Rossi gano clientes en todo el mundo, por ejemplo construyo: Canary Wharf Offices en Londres, una galería de arte en Japón, un gran complejo de edificios en La Haya, la restauración de un monasterio en Sevilla, España, y en su propio país un estadio y muchos otros proyectos más. Así mismo en 1989 gano el concurso para el diseño del Deutsches Historisches Museum in West Berlin. Aldo.
Rossi ha alcanzado un nivel de distinción como teórico, escritor, artista, maestro y arquitecto tanto en su nativa Italia como a nivel mundial. Algunos lo comparan con Le Corbusier, pero todos están de acuerdo en que es un “poeta que hace arquitectura”.
Venturi, arquitecto italiano, seguidor del populismo: El reconocimiento de la pérdida de la identidad cultural aparecido en la estela del proceso de urbanización, retornó con fuerza a mediados de los años sesenta, cuando los arquitectos empezaron a darse cuenta de que los códigos reduccionistas de la arquitectura contemporánea habían llevado a un empobrecimiento del entorno urbano.
Con la publicación en 1972 de Learning from Las Vegas, escrito por el propio Venturi, Denise SCOTT Brown y Steve Izenour, la evolución sensible y juiciosa de Venturi acerca de las realidades culturales con las que se enfrentaba la práctica cotidiana, la necesidad de poner el orden frente al desorden y viceversa, pasó de la aceptación el mal gusto a su glorificación. Venturi estaba decidido a presentar Las Vegas como un auténtico arrebato de fantasía popular.


 





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