Albert Speer (19 de marzo de 1905 – 1 de septiembre de 1981), llamado a veces el “primer arquitecto del Tercer Reich”, otros le denominan “el arquitecto del diablo”. Fue el arquitecto jefe de Hitler en la Alemania Nazi, y en 1942 llegó a ministro de armamentos en el Gobierno alemán. En la posguerra fue juzgado en Nuremberg, donde expresó arrepentimiento, y le condenaron a veinte años de prisión. Después de su liberación, llegó a ser un autor de éxito, gracias a varios libros semi-autobiográficos.
Sus primeros años Nació en Mannheim. Pasó su infancia en la residencia familiar de la Universidad de Heidelberg. Hijo y nieto de arquitectos, descendía de una familia de la alta burguesía. En su juventud, Speer primero quiso ser matemático, pero acabó siguiendo los antecedentes familiares y estudió arquitectura. Fue alumno de Heinrich Tessenow en el Instituto Tecnológico de Berlín, y llegó a ser ayudante de éste. Después de completar sus estudios en 1931, se casó con Margarete Weber. A finales de ese año, varios de sus alumnos le convencieron para que asistiera a una reunión del Partido Nazi, donde quedó hipnotizado por la elocuencia de Adolf Hitler. En pocas semanas se afilió al Partido.
El primer cometido de Speer como miembro del Partido le llegó en 1933 cuando Joseph Goebbels le pidió que renovara el Ministerio de Propaganda. Goebbels quedó impresionado con su trabajo y le recomendó a Hitler, quien le encargó que ayudara a Paul Troost a renovar la Cancillería de Berlín. En este puesto, la aportación más notable de Speer fue la adición del famoso balcón.
Primer arquitecto del Reich Troost murió en 1934, y eligieron a Speer para reemplazarle como arquitecto jefe del Partido. Uno de los primeros encargos después de ese ascenso fue el probablemente más conocido de todos sus diseños: la tribuna Zeppelin, el área de desfiles de Nuremberg, que se puede ver ‘’El triunfo de la voluntad’’, la obra maestra de la propaganda dirigida por Leni Riefenstahl. En su autobiografía Speer afirmó que, cuando vio el proyecto original, hizo el comentario despectivo de que el campo de desfiles se parecía al lugar de reunión de un “club del rifle”. Le retaron a que hiciera un diseño nuevo.
Utilizó como base de partida la antigua arquitectura dórica del altar de Pérgamo, en Turquía, pero ampliada a una escala enorme, capaz de albergar hasta 240.000 personas. En la reunión del partido en el campo de desfiles, en 1934, Speer rodeó el área con 150 proyectores antiaéreos. Esto creaba un efecto de “catedral de luz”, como lo llamo el embajador británico Sir Neville Henderson.
Nuremberg estaba destinada a contener muchos otros edificios oficiales nazis, la mayoría de los cuales nunca se llegaron a alzar. Por ejemplo, el Estadio Alemán tendría una capacidad de 400.000 espectadores y en él se celebrarían los Juegos Arios, sustitutos propuestos de los Juegos Olímpicos. Mientras planeaba estos edificios, Speer inventó la teoría del “valor de las ruinas” –apoyada con entusiasmo por Hitler-, según la cual se construirían todos los nuevos edificios de forma que dejaran una ruinas estéticamente agradables en el futuro lejano. Esos restos serían el testamento de la grandeza del Tercer Reich, igual que las antiguas ruinas griegas o romanas eras el símbolo de la grandeza de sus civilizaciones.
Speer tenía un arquitecto rival: Hermann Giesler, también favorito de Hitler. Había frecuentes enfrentamientos entre ambos, muchas veces en presencia de Hitler.
En 1937, Speer proyectó el Pabellón alemán de la Exposición Internacional de 1937 en París, que estaba situado justo en frente del Pabellón soviético. Su diseño pretendía representar una defensa sólida contra los embates del comunismo, aunque ambos pabellones fueron galardonados con medallas de oro por sus diseños.
Speer también fue encargado de hacer planes para la reconstrucción de Berlín, que habría de convertirse en la capital de un Estado supra-germano –“Welthaupstadt Germania”-. El primer paso de estos planes fue el Estadio Olímpico para los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, diseñado por Werner March. Speer también proyectó la nueva Cancillería del Reich, que incluía un enorme salón dos veces mayor que el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles. Hitler quería construir una tercera Cancillería, aún mayor, aunque nunca se comenzó. La segunda cancillería fue destruida por el ejercito soviético en 1945.
Del resto de los edificios planeados para Berlín, casi ninguno llegó a construirse. Se reorganizaría Berlín a lo largo de un bulevar central de cinco kilómetros. En el extremo norte, Speer pensó en un edificio con una enorme cúpula, inspirado por la Basílica de San Pedro de Roma. El tamaño de la cúpula lo haría poco práctica: más de 200 metros de alto y casi 250 metros de diámetro, dieciséis veces más grande que la cúpula de San Pedro. En el extremo sur del bulevar habría un Arco semejante al Arco del Triunfo de París, aunque asimismo mucho más grande: 120 metros de alto. El Arco del Triunfo habría cabido en su vano. El comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939 llevó al abandono de estos proyectos.
Durante su tarea de reconstrucción de Berlín, Speer fue presuntamente responsable de la deportación forzada de judíos, expulsándolos de sus casas para hacer sitio para sus grandiosos planes, y del realojo forzado de ciudadanos alemanes afectados por estas obras. También estuvo presente en la Conferencia de Poznan en 1943, aunque parece que la abandonó pronto.
En el Juicio de Nuremberg, la acusación presentó como prueba una fotografía de Speer en una visita al campo de concentración de Mauthausen, donde aparece claramente rodeado de prisioneros demacrados. La acusación afirmaba que esto probaba que Speer era consciente del Holocausto. Speer se defendió diciendo que sólo se trataba de una visita para gente influyente al campo de concentración, y en ningún momento llegaron a sospechar los cometidos más infames del mismo.
Según entrevistas realizadas después de su encarcelamiento, Speer adoptó la actitud de “mirar para otro lado” en las atrocidades nazis. Por ejemplo, admitió que era consciente de la existencia de Auschwitz, y de que ahí estaban ocurriendo muchas muertes. Por ello, evitó intencionadamente visitar el campo o conseguir más detalles de lo que ocurría en realidad.
La estrecha relación de Speer con Hitler ha servido de argumento a algunos para plantear un cierto grado de homosexualidad de Hitler. Lo cierto es que Hitler le tenía especiales consideraciones, las opiniones de Speer era siempre de alta consideración y era elemento principal en su círculo de Hierro. Es muy probable que Hitler viera reflejado en Speer al artista fustrado que vivía en el.
Ministro de Armamentos Hitler fue siempre un fuerte apoyo de Speer, ya su vez Hitler se sentía emocionalmente apoyado por Speer. Los proyectos arquitectónicos eran considerados como una expresión fiel de los principios nacionalsocialistas. Después de que el Ministro de Armamentos y Producción Bélica Fritz Todt fuera asesinado en un atentado aéreo en 1942, Hitler le nombró su sucesor.
Speer trabajó con diligencia para incrementar la producción bélica, utilizando en ocasiones el trabajo esclavo, aunque cada vez era más claro que Alemania se enfrentaba a una derrota inminente. Intentó sin éxito poner concentrar toda la economía alemana en el esfuerzo bélico, pero la política del Partido y el círculo de allegados a Hitler se lo impidió, lo que influyó directamente en el desenlace de la guerra.
Vinculado al complot del 20 de Julio de 1944 (vease:Klauss von Stauffenberg),se le consideró el organizador de una conspiración fracasada contra Hitler, y era el reverso del encolerizado Hitler, el grotesco Göring y el perverso Himmler. Se encontró su nombre en la lista de miembros de un posible gobierno post-Hitler, elaborada por los conspiradores del 20 de julio. Sin embargo, la lista añadía la anotación “si fuese posible” junto a su nombre, lo que el propio Speer cree que le salvó la vida. Según su propio relato, Speer incluso planeó un intento de asesinato de Hitler en 1945, pero las pruebas independientes de este extremo son muy escasas. Speer consideraba en privado a Hitler como un ser desprovisto de humanidad. Años más tarde declaró acerca de Hitler: “En el lugar donde debia existir un corazón en el pecho de Hitler, había solo un hueco”-.
A pesar de todo ello, Hitler, extrañamente le continuó considerando digno de confianza. Sin embargo, Speer, con un riesgo considerable para su propia vida, evito la realización de la política de tierra quemada deseada por Hitler, tanto en los territorios ocupados como en el suelo alemán, y en alianza con el general Gotthard Heinrici ordenó a las tropas del frente oriental que desobedecieran las órdenes de Hitler, se retiraran al frente americano y se rindieran allí, en lugar del intento suicida de romper el bloqueo con el que el ejército soviético sometía a Berlín.
Después de la guerra En los juicios de Nuremberg, Speer fue uno de los pocos oficiales que manifestaron remordimiento y se declararon culpables. Le condenaron a 20 años de prisión en Spandau, Berlín occidental, principalmente a causa del uso que hizo del trabajo esclavo. Su liberación en 1966 fue un acontecimiento mundial. Publicó varios libros semi-autobiográficos hasta su muerte en Londres en 1981. Sus obras –por ejemplo,”Dentro del Tercer Reich”, sus memorias que tituló “Recuerdos” y su “Diario de Spandau” - proporcionan una mirada personal y excepcional de las grandes personalidades de la época nazi. Sin embargo, muchos críticos opinan que Speer minimiza su propia responsabilidad en las atrocidades de la época.
El hijo de Speer, también de nombre Albert, se convirtió en un arquitecto de éxito por derecho propio, y fue responsable del proyecto Expo 2000 ( la exposición mundial que tuvo lugar en Hanover en el año 2000), el diseño de la Ciudad Internacional del Automóvil de Shanghai y el complejo olímpico de Pekín. Su hija Hilde Schramm se convirtió en una conocida parlamentaria de izquierdas.