Filippo Juvarra (1678-1736), Biografía y Obras del Arquitecto italiano, el más importante del barroco tardío. Sus espacios buscaron más la luminosidad y la sofisticación grandilocuentes —inspiradas en la elegancia clásica— que la exuberancia dramática de sus predecesores romanos del periodo clásico. Sus obras más importantes se encuentran en Turín, ciudad donde trabajó durante más de veinte años, coincidiendo con su etapa más productiva. Allí edificó innumerables iglesias, palacios, casas de campo y pabellones de caza, aparte de trabajar como diseñador de muebles y otros objetos decorativos.
Las dos obras fundamentales de Juvarra son la iglesia-monasterio de Superga (1717-1731), cerca de Turín, y el palacio real de Stupinigi (1729-1733). La Superga, que contiene el sepulcro de los reyes de Cerdeña, es el más grande de los santuarios barrocos italianos. El conjunto combina el monasterio de planta rectangular con la iglesia centralizada, cubierta por una cúpula y un tambor de su misma altura, que se apoya directamente sobre la columnata rotonda que domina el espacio interior. El castillo de Stupinigi, un gran conjunto palaciego agrupado en torno a una sala elíptica, se debate entre las influencias italianas de su planta estrellada y la tradición francesa del château (casas rurales aristocráticas) clasicista.
En 1735 acudió a la corte española de Felipe V para proyectar la fachada del palacio de la Granja de San Ildefonso, cerca de Segovia, y sobre todo el nuevo palacio real de Madrid, que finalmente se comenzó a construir en 1738 bajo la dirección de su discípulo Giovanni Battista Sacchetti. Juvarra murió inesperadamente en enero de 1736 en la capital de España.