Juan de Villanueva (Madrid, 1739 - id., 1811). Arquitecto español. Máximo exponente, junto con Ventura Rodríguez, de la arquitectura neoclásica en España.
Permaneció siete años en Roma como pensionista de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para completar su formación, volviendo en 1765 a España. Un año después realizó un viaje por Córdoba y Granada, junto con José de Hermosilla, para dibujar las “antigüedades árabes” (los dibujos de este viaje se publicaron en 1804). En 1768, fue nombrado arquitecto de la comunidad de monjes jerónimos del Monasterio de El Escorial, donde realizó diversas casas junto al monasterio manteniendo una línea austera, de acuerdo con el estilo de Juan de Herrera.
Su estilo, de gran severidad y sentido de las proporciones, se caracteriza como una síntesis entre el estilo herreriano y el neoclasicismo. En efecto, se considera que sus máximas influencias son Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, artífices de El Escorial.
En 1777, Carlos III lo nombró arquitecto del príncipe y los infantes. En lo sucesivo trabajaría casi en exclusiva para la casa real. Desde 1781 fue arquitecto encargado del Real Sitio de El Escorial; Carlos IV le nombró arquitecto mayor. En 1771 construye la Casa de Infantes, en el Real Sitio de Aranjuez; en 1772, la Casita del Príncipe en El Pardo; en 1773, la Casita de Arriba, para su uso por el infante don Gabriel, y la Casita de Abajo (o del Príncipe), ambas en El Escorial. Sin embargo, su obra maestra es el edificio del Museo del Prado (con proyectos en 1785 y 1787). El ahora conocido como Edificio Villanueva resume a la perfección el estilo de Villanueva: predominio de las líneas rectas y disposición rigurosamente simétrica de los elementos arquitectónicos. Se trata de un edificio de trazas monumentales organizado en cinco cuerpos, dos de ellos como nexos de unión del cuerpo central (rematado con una sala basilical) y los laterales extremos. Sus materiales preferidos fueron el granito y la piedra blanca con los que construyó edificios de enorme austeridad ornamental, en los que la armonía proviene en exclusiva de la combinación de las formas arquitectónicas (columnas, frontones, ventanas).
Fue un arquitecto prolífico, al que se deben también el edificio de la Academia de Historia, el oratorio del Caballero de Gracia (un templo neoclásico de planta basilical, ajustado a un solar estrechísimo, rematado por un ábside semicircular y una cúpula oval sobre el crucero;) y el Observatorio Astronómico situado en los Jardines del Retiro, todos en Madrid, ciudad a la que contribuyó a dar el nuevo aspecto de urbe moderna y monumental que deseaba Carlos III para su capital.