La casa estudio construida por Frank Lloyd Wright en Forest avenue costo 4000 dólares. A mediados de la década siguiente se añadió un nuevo comedor y luego un cuarto de juegos, un estudio hacia 1985 y otras ampliaciones y reformas hasta 1909. tras la vuelta de Wright de Europa en 1911 se subdividio en tres apartamentos.
Señor Sullivan, si usted quiere que trabaje para usted cinco años, ¿no podría prestarme el dinero sufícíente para construir ahora una pequeña casa, y dejarme devolverle una cierta cantidad cada mes, descontada de mi paga?».
El señor Sullivan, eso parecía, tenía algún dinero propio en ese momento. Me llevó a su abogado, Felsenthal. El contrato fue convenientemente firmado y el Maestro vino conmigo, “con el lápiz en la mano”, a Oak Park, a ver el terreno que yo quería tener. Era aquel del jardinero del señor Austin, el adorable laberinto de árboles. El terreno estaba en la esquina de la Forest y la Chicago Avenues. El Maestro aprobó el terreno y lo compró. Sobraban $3.500 para construir un pequeño hogar sobre aquella tierra plantada por el viejo jardinero paisajista escocés.
«Wright, ahora tenga cuidado!», dijo el señor Sullivan, «Conozco sus gustos no habrá “extras”».
«Ninguno», asentí. Pero hubo $1.200 más que pagar al final. Mantuve esto oculto; los pagué según lo acordado, lo mejor que pude, de lo que sobró de mi salario, o de lo que pude ganar haciendo horas extra. El señor Adler dijo que mi contrato, por aquel entonces, me hacía ser el dibujante mejor pagado de la ciudad de Chicago. De todas maneras, los niños que siguieron a aquellos años hicieron de los acreedores una imagen familiar, ¿o eran los “gustos”? Para tener a ambos satisfechos lo que hice fue estirar las mangas y la costura del abrigo por la espalda. Los niños crecieron con “gustos” iguales, en un ambiente que invitaba a desarrollar aquellos gustos. E invitaba a su vez, continuamente, a más acreedores, claro.
Hice labrar en una pieza de roble, encima de la chimenea de la pequeña sala de estar, “¡La Verdad es Vida!” Un desafío a la sensiblería, pensé. Poco después, se me ocurrió que la Vida es Verdad. Pero entonces no podía decir lo que realmente significaba. Estaba allí.No podía alterarlo. De cualquier modo me parecía algo mejor que el deseo delAbuelo: “La Verdad contra el Mundo”. Pero no lo era