Después de siglos de precaria inclinación, después de conflictos entre arte y ciencia, después de terremotos y de guerras, la torre 57 metros continuará inclinada, pero más firme.
Los científicos y los ingenieros han quitado toneladas de suelos arenosos de la base de la torre, permitiendo a la maravilla arquitectónica de 12 siglos retornar a su posición de hace tres siglos.El cambio en la inclinación - medio grado - es imperceptible a la cámara fotográfica del turista, pero es un salto matemático glorioso que se espera que prolongue la vida de la torre por 300 años más.En junio, los cables de acero que sostienen a la torre serán quitados y los visitantes deambularán a través de la Piazza de los Milagros y caminarán otra vez en uno de los principales monumentos del mundo. La inclinación de la torre se originó por su construcción sobre arenas húmedas. Pero gracias a que la torre se construyo gradualmente en cuatro etapas, el suelo tuvo tiempo de obtener resistencia y soportar a la torre de 16 000 toneladas. El Dictador Benito Mussolini en la Segunda Guerra Mundial vió a la torre como una oposición a sus preferencias arquitectónicas fascistas de cubos y ángulos rectos. Decidió enderezar la torre, enviando a un ejército de ingenieros para perforar agujeros en el suelo y llenarlos con 200 toneladas de concreto. La torre resistió; pero se inclinó aún más al sur.La preocupación por la torre se intensificó en 1989 cuando algunos científicos descubrieron que la inclinación de la torre de Pisa se aceleraba, un panorama peligroso en un país propenso a los terremotos.Había otro problema: Las paredes externas en la cara del sur de la torre, después de siglos de llevar la tensión de la inclinación, estaban en el borde de la ruptura. En 1995 se desarrolló un plan para instalar un anillo de concreto alrededor de la base de la torre en la cual se podría asegurar a la torre. Pero cuando los ingenieros preparaban la tierra para poner el anillo del concreto, la torre se movió y casi se desplomó. Después de años de modelado por computadora, pruebas de suelo, sensores infrarrojos, sismología y otra reunión de científicos, el comité decidió en febrero de 1999 que la idea de extraer el suelo era la mejor manera de preservar la torre.Planes similares se habían puesto en práctica en 1985, cuando en México se comenzó a utilizar métodos de extracción de suelo para enderezar los edificios dañados en el terremoto.El sistema consiste en taladrar bajo la torre con 41 taladros de 21 centímetros de diámetro, extrayendo la tierra. Crean una cavidad la cual se comprime en cuestión de minutos al extraer el taladro por el peso de la torre.
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